Desde que el president de la Generalitat y sus secuaces lanzaron a Cataluña a sus cuatro horas de independencia, Da. Ana Calau, alcaldesa de Barcelona, ha permanecido muy, muy calladita. Al final del process ella se presentaba envuelta en la bandera catalana, y puño en alto condenó repetidas veces a la policia nacional de horribles actos de violencia contra el pacífico pueblo que ejercía su derecho a votar en el illegal referendum del 1 de octubre. En tres ocasiones declaró en la televisión que le habían llegado rumores según los cuales la policía había violado a mujeres durante las manifestaciones.
Esta noche, día 29 de octubre, aparecerá en la televisión. Naturalmente la cínica Da. Ana aparecerá toda compungida, dolorida, sensible, sonriente, y comprensible. Se está preparando para las eleccciones del 21 de diciembre. Claro que se presentará como la candidata nueva de la izquierda populista a la política regional y nacional. Pero, que tengamos en cuenta que ella es una tejedora de viles y falsos rumores que jamás ha sabido o querido aclarar y muchísimo menos negar. Como ella, TV3 sigue en pie de guerra contra la constitución. Los secesionistas están reagrupándose para seguir en Guerra contra España. El 155 significa el comienzo y el 21 de diciembre no significará el fin. Los Calau son los esclavos de sus ambiciones y sus fantasias. Cataluña y España son sus víctimas.
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